La crisis económica y las previsiones de una alta
abstención son las dos claves que marcan el inicio de la campaña de las
elecciones europeas, que en varios países pueden suponer un duro revés
para los partidos en el gobierno, pero que a priori no cambiarán
demasiado la configuración de la Eurocámara.
La campaña arrancó oficialmente la pasada madrugada en
España, que se unió a varios países donde lo hizo a lo largo de esta
semana, mientras que otros, como Francia, esperarán al lunes. En unos comicios en que los electores deciden tradicionalmente en clave nacional, la coyuntura económica supone en esta ocasión un punto común en los Veintisiete.
Lo dejan claro las familias políticas europeas, que en
su mayoría encabezan sus manifiestos con propuestas para la
recuperación económica, la protección del empleo y la reforma de las
finanzas."Es el momento de decir que los poderes públicos son
necesarios, que hace falta una gobernanza económica global, que hace
falta regulación, transparencia y, sobre todo, responsabilidad", decía
en su última visita a Bruselas el cabeza de lista de los socialistas
españoles, Juan Fernando López Aguilar.
Mientras, en la apertura de la campaña anoche, el
candidato del Partido Popular, Jaime Mayor Oreja, aseguraba que su
partido "tiene la obligación" de devolver la esperanza a millones de
españoles y criticaba junto al líder de su partido, Mariano Rajoy, la
"incapacidad" del Gobierno ante la crisis.
La economía se dejará notar en especial en las campañas
de los países que más están sufriendo el frenazo: al Oeste, España e
Irlanda y al Este, Rumanía, Letonia, Lituania o Estonia, todos ellos
golpeados con especial dureza por la recesión. Si bien la crisis será de telón de fondo de la carrera,
en muchos países los asuntos internos dominarán previsiblemente la
campaña.
Centrados en la política nacional
Desde el escándalo por los gastos de los políticos en el Reino
Unido hasta las cercanas elecciones generales en Alemania, la política
nacional será la que marque en gran medida los resultados.
Unos resultados que pueden suponer un duro castigo para
algunos de los gobiernos europeos, entre ellos, el del británico Gordon
Brown. El ascenso de los conservadores de David Cameron -que lanzó el
martes la campaña de su partido, el favorito en los comicios- y el
impulso obtenido por los euroescépticos gracias a la polémica por las
facturas de los parlamentarios a las arcas del Estado pueden dejar a
los laboristas en una situación delicada. "Según la información de nuestros nuevos simpatizantes,
alrededor de un 60 por ciento vienen del partido laborista", ha
asegurado a "The Times" Nigel Farage, el líder del antieuropeísta UKIP,
que ha crecido en las encuestas hasta ponerse al mismo nivel que el
partido de Brown.
El Gobierno socialista húngaro es otro de los que puede
sufrir un revés, pues se espera un gran ascenso de la oposición
conservadora como consecuencia de la situación económica del país, que
forzó en marzo la dimisión del primer ministro Ferenc Gyurcsany. Los comicios se presentan igualados en otros países como España, Portugal o Polonia.
La configuración del Parlamento Europeo
La configuración del Parlamento Europeo, sin embargo, no debería
cambiar mucho, según los analistas, que esperan que el Partido Popular
Europeo (PPE) repita como el mayor grupo del hemiciclo, seguido de
socialistas y liberales.
En Bruselas, mientras, la participación es la mayor preocupación para las instituciones comunitarias, que temen que la abstención pueda batir un nuevo récord después de caer progresivamente desde las primeras elecciones en 1979. En la encuesta Eurobarómetro llevada a cabo entre enero y febrero, sólo 34 de cada 100 personas tenían claro que acudirían a las urnas en junio.
La Eurocámara ha puesto en marcha un importante despliegue audiovisual
para dejar claro a los ciudadanos la importancia de su voto, en
especial a través de anuncios en televisión e Internet, donde en un
intento por acercarse a los electores más jóvenes, el PE ha lanzado una
exitosa campaña con llamativos spots que han logrado incluso alcanzar
los informativos televisivos.
Sin embargo, según un sondeo dado a conocer esta semana
por la Fundación Francesa para la Innovación Política, una mayoría de
los más de 15.000 encuestados en toda la UE aseguró estar nada o poco interesado en los comicios.